jueves, 27 de marzo de 2008



III Feria de solidaridad productiva agropecuaria en Tarapoto

Esta prevista para los días 5 y 6 de abril, en el mercado Nro 3 de Tarapoto, organizada por la Municipalidad Provincial de San Martín, con la participación de IPDA Instituto para el Desarrollo, la Paz Amazónica y el apoyo del Grupo Iniciativa de economía solidaria.

Se ha asegurado la presencia de productores agropecuarios, agroindustriales, con variados productos bajos precios. Artesanales. Es esta oportunidad se dará espacio a la cultura. Habrá oleos, esculturas vivientes, libros, música, teatro, danza.

Otro aspecto importante es que participan las diez municipalidades provinciales de San Martín.

Para mayor comprensión de los objetivos de estas ferias de solidaridad reproducimos, el artículo de Alfonso Cotera del Grupo Red de Economía solidaria del Perú.

Economía solidaria: El ser humano como fin

Desde los años ochenta se viene imponiendo hegemónicamente a nivel internacional un modelo económico neoliberal sustentado en una ideología que promueve el individualismo y la competencia en las relaciones económicas. Según esta ideología, la oferta y la demanda o las llamadas “leyes del mercado”, serían las que fomentarían el desarrollo de la sociedad, haciendo innecesaria la intervención del Estado en la economía.
Los valores de solidaridad y de justicia social, y por extensión las prácticas comunitarias, se vieron también cuestionados por este proyecto ético - cultural basado en la supremacía del individuo y su capacidad de servir al interés público en la búsqueda de realización de su interés particular.
Luego de más de dos décadas de aplicación, es un nuevo consenso que dicho modelo económico, orientado a la maximización irrestricta de las ganancias, ha incrementado la pobreza, la inequidad y la exclusión social, demostrando su incapacidad para dar respuesta a las necesidades de empleo, educación, salud y alimentación de la mayoría de la población mundial.

El Banco Mundial reconoce que si bien la desigualdad de oportunidades es grande al interior de muchos países, a escala mundial resulta abrumadora.

(2).La inequidad social constituye un problema central en la promoción del desarrollo, y ha ocasionado de parte de los organismos multilaterales programas y compromisos internacionales dirigidos a reducir la pobreza, pero sin afectar los patrones de acumulación, lo que explica los limitados avances en esa tarea.
Paradójicamente, la exclusión social generada por el neoliberalismo ha ocasionado, en los sectores sociales afectados, la dinamización y el surgimiento de experiencias asociativas, dirigidas a posibilitar el acceso a bienes y servicios, trabajo y financiamiento, evidenciando formas distintas de hacer economía, basadas en la solidaridad.
A partir de ello y a contracorriente del modelo económico neoliberal, la práctica y la teoría han ido revelando la viabilidad de iniciativas enmarcadas en un paradigma alternativo de ordenamiento económico y social, donde el ser humano sea el centro y el fin de la propuesta. La “Economía Solidaria” aparece así como un concepto que refiere experiencias y procesos económicos concretos, cuya lógica refleja valores y sentidos distintos a los que promueve la economía neoliberal.
Estas experiencias, que se dirigen a la satisfacción de las necesidades sociales y a la justicia en los intercambios económicos, que privilegian la acción cooperativa, y que respetan el medio ambiente y la identidad de los pueblos, crecen cada vez más en todos los continentes, demostrando que es posible producir, intercambiar y consumir de otro modo.
La economía solidaria surge a partir de los esfuerzos de los sectores populares por sobrevivir y mejorar sus condiciones de vida en base al apoyo mutuo y la cooperación. Se registran así experiencias como las comunidades campesinas y nativas, las cooperativas y mutuales, las asociaciones de productores, comerciantes y consumidores, y nuevas formas de organización social surgidas para responder de manera comunitaria a los requerimientos de seguridad alimentaria y de financiamiento, bajo la forma de comedores populares, comités del vaso de leche, bancos comunales, gestionadas predominantemente por mujeres.
En algunos países latinoamericanos se evidencia también la viabilidad de empresas con responsabilidad social, comprometidas con la promoción del desarrollo de sus localidades.Frente a un pensamiento económico que ha desengarzado a la economía de su sentido social, la economía solidaria constituye una corriente de pensamiento y acción a nivel mundial, que busca recuperar el sentido social, ético y político de la economía.
Se trata de poner a la economía al servicio de las personas y comunidades, y no a las personas y comunidades al servicio de la economía. La lógica del la economía solidaria es la búsqueda de satisfacción de necesidades y no sólo la acumulación irrestricta de ganancias. En síntesis, la economía solidaria es una forma distinta de producir, intercambiar, consumir y financiar, basada en valores de reciprocidad, cooperación y equidad. Recuperar los valores éticos en la actividad económica pasa, entre otras cosas, por establecer estructuras económicas y políticas que permitan superar la pobreza compartiendo la riqueza producida. Pero la pobreza no es sólo la carencia de condiciones materiales para subsistir, o la falta de oportunidades para acceder a ellas debido a barreras o restricciones. La pobreza puede ser medida también por la “…carencia de una realización mínima de algunas capacidades elementales”.
(3) La pobreza supone no sólo la falta de acceso a condiciones elementales de salud, educación, recreación o información, sino la imposibilidad de ubicarse y realizarse individual y colectivamente en dignidad y felicidad. Por lo tanto, el enfoque de Amartya Sen de promover el desarrollo de capacidades para enfrentar la pobreza nos ubica en la necesidad de transitar de políticas compensatorias hacia políticas de desarrollo que generen oportunidades y acceso para que las personas se puedan realizar plenamente.Esta realización sólo es posible en sociedad, lo que implica relaciones entre personas premunidas de valores, capaces de una convivencia armoniosa y solidaria. “
La solidaridad nos llama a reconocer a cada persona como
parte de la familia humana... tenemos que ver y entender a los demás como
hermanos y hermanas de los cuales somos responsables”.
(4)Es importante destacar que la solidaridad no es sinónimo de gratitud, donación, caridad u asistencia, aunque éstas sean también formas de solidaridad. “La solidaridad, en su acepción genuina, se refiere ante todo al hecho de estar y hacer cosas juntos, en beneficio común o compartido…”.
(5) En el plano económico, esto se expresa en una relación horizontal y un compromiso entre quienes intervienen en la actividad económica, para encarar juntos los problemas, concertando intereses, desarrollando propuestas y compartiendo perspectivas.
La solidaridad, cuando interviene en las relaciones económicas, se convierte en fuerza productiva y en un factor económico que permite que la unión de voluntades tras objetivos económicos influya en el desarrollo de la productividad y eficiencia de las operaciones. Así, la solidaridad genera una energía social cuya aplicación en la actividad económica, junto a otros factores, desarrolla eficiencia y productividad.
Esta energía, conocida como Factor C, está presente en los procesos de actuación cooperativa y solidaria de las experiencias económicas que incorporan la dimensión social en su actuación.
Alfonso Cotera Fretel
Sociólogo, Director Ejecutivo del Grupo Red de Economía Solidaria del Perú.

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