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Rudecindo Vega Carreazo |
Conozco a Rudecindo Vega bien. Hicimos toda la carrera juntos. Callado, discreto, brillante, Rudy siempre fue el primero de la clase en la Facultad de Derecho de la PUCP. Pudo haber ido al mejor estudio de abogados del país y hacerse muy rico. Pero lo encontré, años después de egresados, en Transparencia, luchando por el retorno a la democracia. Recuerdo el día en que me contó cómo el SIN se había metido a su casa. Solo le robaron su computadora. Pero le dejaron una advertencia: le destrozaron, únicamente, la habitación de su bebe. Para que le quede claro. No se amilanó. Se ocupó personalmente, ese año 2000, del famoso conteo rápido de Transparencia.
Después, su camino
profesional siguió en el Estado. Llegó a ser ministro y embajador. Hoy
recibo de él una carta larga, a la antigua, en papel, donde me cuenta
que renuncia a todo para regresar a su amada tierra, Amazonas, por la
que tanto ha batallado. Postula a la presidencia regional con un
conjunto de agrupaciones locales. Me cuenta, y lo sé, que el
vicepresidente regional fue asesinado. Me dice que uno de los
involucrados como autor intelectual es funcionario, hermano de un
congresista y se encuentra libre. Me dice que además han matado a dos
alcaldes y a otros funcionarios. Amazonas es el primer productor de opio
del país y uno de sus contrincantes –con campaña envidiable para
candidato limeño– tiene una docena de denuncias por narcotráfico, todas
archivadas, por supuesto.
“!Ay Rudy, te van a matar!”,
pienso mientras leo. Pero él me aclara que no va de mártir ni de
suicida. Lo hace porque es la “opción de vida segura y digna”. ¿Cómo lo
disuado entonces, frente a ese argumento? Imposible, lo conozco y no
se retirará.
Me cuenta que no confía en
los “pseudoperiodistas” locales que ya “han cerrado con otros
candidatos”. Pero no me escribe para algo tan indigno como pedirme
hacer campaña por él. Me escribe porque “si algo pasara, solo si algo
pasara” ya sabré dónde enfocar las investigaciones. Y claro, él me avisa
dónde. Por eso les cuento esta historia. Para que estén todos
advertidos que yo sé dónde mirar. Si le pasa algo, claro.
Enviado por Lucero, Fuente Radio Exitosa
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